10 de julio de 2013

LA FE, LUZ QUE HACE VIVIR

LA FE, LUZ QUE HACE VIVIR


¿Es la fe una luz “ilusoria”, es decir, irreal, engañosa e inútil, un sentimiento meramente subjetivo y oscuro, que no tiene valor de conocimiento ni proporciona certezas? ¿Es la fe cristiana algo que arrebata la novedad y la aventura a la vida? ¿Es un espejismo que nos impide avanzar con libertad hacia el futuro? 
He aquí algunas de las preguntas a las que responde, desde su introducción, la encíclica “Lumen fidei”(29-VI-2013), primera del Papa Francisco.
En ella se plantea la fe como un don que ilumina toda la realidad humana, dándole pleno senti

do, y que atraviesa incluso las sombras de la muerte.  “Deseo –escribe el Papa– hablar precisamente de esta luz de la fe para que crezca e ilumine el presente, y llegue a convertirse en estrella que muestre el horizonte de nuestro camino en un tiempo en el que el hombre tiene especialmente necesidad de luz” (n. 4).
Alimentar y robustecer la fe, proponerla a todos
El objetivo primero de la encíclica es alimentar y robustecer la fe en los cristianos. A la vez quiere proponer la fe a todos las personas de buena voluntad en la perspectiva del Concilio: “El Concilio Vaticano II ha hecho que la fe brille dentro de la experiencia humana, recorriendo así los caminos del hombre contemporáneo. De este modo, se ha visto cómo la fe enriquece la existencia humana en todas sus dimensiones” (n. 6).
Como se ha puesto de relieve (A. Tornielli), el hecho de que gran parte del texto proceda de Benedicto XVI y a la vez toda ella está firmada por el Papa reinante, Francisco, subraya que lo más importante no es éste o aquél Papa, sino el ministerio del Sucesor de Pedro en cada momento, cuyo papel es confirmar la fe. Así lo dice el texto mismo: “El Sucesor de Pedro, ayer, hoy y siempre, está llamado a ‘confirmar a sus hermanos’ en el inconmensurable tesoro de la fe” (n. 7).
La encíclica expresa que en la fe cristiana esencialmente “se nos ha dado un gran Amor” (ibid.), el de Dios Padre por medio de su Palabra encarnada, Jesucristo; y que si acogemos esa Palabra, el Espíritu Santo “nos transforma, ilumina el camino y hace crecer en nosotros las alas de la esperanza para poder recorrerlo con alegría” (Ibid.). En conjunto, “fe, esperanza y caridad, en admirable urdimbre, constituyen el dinamismo de la existencia cristiana hacia la comunión plena con Dios” (Ibid.). Por ello, la encíclica, que desarrolla lo esencial de la fe, explica también en qué consiste la vida cristiana, caracterizada por las tres virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad.
La fe se nos ha dado en una historia
A la introducción le siguen cuatro capítulos. En el primero se explica que la fe se nos dado en una historia, que arranca de Abrahán, pasa por la historia de Israel y se cumple plenamente en Jesucristo, en quien se encuentra la salvación que se nos ofrece actualmente por medio de la Iglesia. “Si queremos entender lo que es la fe, tenemos que narrar su recorrido” (n. 8); pues la fe “es un conocimiento que se aprende sólo en un camino de seguimiento” (n. 29). Y esto sirve desde luego para la fe personal, pero, ante todo, para penetrar la fe cristiana en su conjunto.
Fe, verdad y amor
El capítulo segundo muestra las relaciones entre la fe, la verdad y el amor. Al hacerlo, se detiene en las dimensiones principales de la fe. Pone de relieve que la fe tiene que ver centralmente con el conocimiento de la verdad. La fe se abre al amor y así puede ayudar a ensanchar la razón. La fe no es algo meramente subjetivo o sentimental, pues “el amor tiene necesidad de verdad”, y el amor mismo es fuente de conocimiento. La fe es tanto “escucha” como “visión”. Y, por su conexión con la verdad y el amor, puede entrar fructuosamente en diálogo con la razón. Un diálogo beneficioso, tanto para la razón (por la luz del amor que le aporta la fe) como para la fe (que se inserta en la experiencia humana para comprender y participar el amor de Dios por nosotros). La fe cristiana ilumina el camino de todos los que buscan sinceramente a Dios, e impulsa a acogerlo y buscarlo cada vez mejor y con más consecuencias para la vida.
Se manifiestan así aspectos fundamentales de la fe, como son sus dimensiones histórica y personal (contra una visión de la fe que fuera intelectualista o, por otra parte, voluntarista o moralista), así como su dimensión eclesial (frente a una visión individualista), pues “quien cree nunca está solo, porque la fe tiende a difundirse, a compartir su alegría con otros” (n. 39).
La transmisión de la fe
El capítulo tercero se dedica a la transmisión de la fe como “tradición (entrega) viva”. Esto acontece en la Iglesia principalmente por medio de una vida, la de los cristianos, que se testimonia con autenticidad. Los cuatro pilares de esa transmisión de la vida cristiana son la confesión de la fe (el Credo), los sacramentos, el decálogo (los Mandamientos) y la oración. Así aparecen en el Catecismo de la Iglesia Católica, ”instrumento fundamental para aquel acto unitario con el que la Iglesia comunica el contenido completo de la fe, ‘todo lo que ella es, todo lo que cree’”, usando palabras del Concilio Vaticano II. Por la relación entre fe y amor cabe vivir una misma e íntegra fe, que es católica porque como un organismo vivo posee “capacidad de asimilar todo lo que encuentra (Newman), purificándolo y llevándolo a su mejor expresión”, gracias al servicio del Magisterio de la Iglesia.
La capacidad transformadora de la fe
Finalmente, el capítulo cuarto desarrolla el dinamismo de la fe en la sociedad. “La fe no aparta del mundo ni es ajena a los afanes concretos de los hombres de nuestro tiempo”. La fe posee capacidad transformadora  para la vida social (las relaciones humanas, la búsqueda del bien común), la familia y la relación con la naturaleza, y ayuda a superar y dar sentido al sufrimiento propio y ajeno.  La fe es luz que los creyentes proponen, con su testimonio y diálogo, para edificar la ciudad terrena, en apertura a la libertad y a la justicia, al derecho y la paz.  Juntas, la fe, la esperanza y la caridad permiten integrar las preocupaciones de todos en el camino hacia Dios, impulsando, al mismo tiempo y con fuerza nueva, el vivir de cada día.
Esta relación entre fe y vida se expresa con clara cercanía en la siguiente frase: “La fe no es un refugio para gente pusilánime, sino que ensancha la vida. Hace descubrir una gran llamada, la vocación al amor, y asegura que este amor es digno de fe, que vale la pena ponerse en sus manos, porque está fundado en la fidelidad de Dios, más fuerte que todas nuestras debilidades” (n. 53). Ciertamente, “la luz de la fe no disipa todas nuestras tinieblas, sino que, como una lámpara, guía nuestros pasos en la noche, y esto basta para caminar” (n. 57).
La encíclica propone a María, que “conservaba en su corazón todo lo que escuchaba y veía, de modo que la Palabra diese fruto en su vida” (n. 58), como icono perfecto de la fe cristiana en sus dimensiones totales.
El mensaje central de la encíclica puede verse concentrado en expresiones como esta: “La fe en el Hijo de Dios hecho hombre en Jesús de Nazaret no nos separa de la realidad, sino que nos permite captar su significado profundo, descubrir cuánto ama Dios a este mundo y cómo lo orienta incesantemente hacía sí; y esto lleva al cristiano a comprometerse, a vivir con mayor intensidad todavía el camino sobre la tierra” (n. 18)
De esta manera la encíclica “Lumen fidei” se ofrece a los cristianos como profundización en la fe, en la línea de la solidaridad que Cristo ha manifestado con cada hombre, y del consuelo y del compromiso que de ahí se derivan para vivir con más intensidad su camino. Y se ofrece también a todas las personas de buena voluntad, como invitación y propuesta de sentido pleno de la vida.

Pbro. Ramiro Pellitero


CUANDO UNO PIENSA...

CUANDO SE PIENSA ...
por Hugo Wast
 

Cuando se piensa que ni la Santísima Virgen puede hacer lo que un sacerdote.
Cuando se piensa que ni los ángeles ni los arcángeles, ni Miguel ni Gabriel ni Rafael, ni príncipe alguno de aquellos que vencieron a Lucifer pueden hacer lo que un sacerdote.
Cuando se piensa que Nuestro Señor Jesucristo en la última Cena realizó un milagro más grande que la creación del Universo con todos sus esplendores y fue el convertir el pan y el vino en su Cuerpo y su Sangre para alimentar al mundo, y que este portento, ante el cual se arrodillan los ángeles y los hombres, puede repetirlo cada día un sacerdote.
Cuando se piensa en el otro milagro que solamente un sacerdote puede realizar: perdonar los pecados y que lo que él ata en el fondo de su humilde confesionario, Dios obligado por su propia palabra, lo ata en el cielo, y lo que él desata, en el mismo instante lo desata Dios.
Cuando se piensa que la humanidad se ha redimido y que el mundo subsiste porque hay hombres y mujeres que se alimentan cada día de ese Cuerpo y de esa Sangre redentora que sólo un sacerdote puede realizar.
Cuando se piensa que el mundo moriría de la peor hambre si llegara a faltarle ese poquito de pan y ese poquito de vino.
Cuando se piensa que eso puede ocurrir, porque están faltando las vocaciones sacerdotales; y que cuando eso ocurra se conmoverán los cielos y estallará la Tierra, como si la mano de Dios hubiera dejado de sostenerla; y las gentes gritarán de hambre y de angustia, y pedirán ese pan, y no habrá quien se los dé; y pedirán la absolución de sus culpas, y no habrá quien las absuelva, y morirán con los ojos abiertos por el mayor de los espantos.
Cuando se piensa que un sacerdote hace más falta que un rey, más que un militar, más que un banquero, más que un médico, más que un maestro, porque él puede reemplazar a todos y ninguno puede reemplazarlo a él.
Cuando se piensa que un sacerdote cuando celebra en el altar tiene una dignidad infinitamente mayor que un rey; y que no es ni un símbolo, ni siquiera un embajador de Cristo, sino que es Cristo mismo que está allí repitiendo el mayor milagro de Dios.
Cuando se piensa todo esto, uno comprende la inmensa necesidad de fomentar las vocaciones sacerdotales.
Uno comprende el afán con que en tiempos antiguos, cada familia ansiaba que de su seno brotase, como una vara de nardo, una vocación sacerdotal.
Uno comprende el inmenso respeto que los pueblos tenían por los sacerdotes, lo que se refleja en las leyes.
Uno comprende que el peor crimen que puede cometer alguien es impedir o desalentar una vocación.
Uno comprende que provocar una apostasía es ser como Judas y vender a Cristo de nuevo.
Uno comprende que si un padre o una madre obstruyen la vocación sacerdotal de un hijo, es como si renunciaran a un título de nobleza incomparable.
Uno comprende que más que una Iglesia, y más que una escuela, y más que un hospital, es un seminario o un noviciado.
Uno comprende que dar para construir o mantener un seminario o un noviciado es multiplicar los nacimientos del Redentor.
Uno comprende que dar para costear los estudios de un joven seminarista o de un novicio, es allanar el camino por donde ha de llegar al altar un hombre que durante media hora, cada día, será mucho más que todas las dignidades de la tierra y que todos los santos del cielo, pues será Cristo mismo, sacrificando su Cuerpo y su Sangre, para alimentar al mundo.




Sin sacerdotes no hay Eucaristía y sin Eucaristía no hay Iglesia; por ello hay que renovar el sentido eucarístico es garantía de un futuro para la Iglesia. Los sacerdotes somos necesario no para que funcione la Iglesia o para que esté bien organizada o para enseñar una doctrina. SOMOS SACERDOTES PARA QUE HAYA EUCARISTÍA.
««Yo quiero ser la devoción del sacerdote al consagrar, Al ofrecer tu Cuerpo y Sangre en oblación, al celebrar el Santo Sacramento del altar, Yo quiero ser la devoción»».

9 de julio de 2013

POR LAS VOCACIONES EN NUESTRA DIÓCESIS DE PUERTO CABELLO


JÓVENES EL SEÑOR TE LLAMA: LA DIÓCESIS DE PUERTO CABELLO NECESITA PASTORES QUE GUÍEN A LAS OVEJAS


UN CRISTIANO NO PUEDE ACEPTAR EL YOGA

Todo esto es digno de considerar por aquellos católicos que han sentido interés en este tipo de prácticas paganas y sincréticas. Y quienes deseen ser consecuentes con su fe, tengan la coherencia de apartarse de ellas, no sea que Dios diga de ellos:
“Doble mal ha hecho mi pueblo: a mí me dejaron, Manantial de aguas vivas, para hacerse cisternas, cisternas agrietadas, que el agua no retienen” Jeremías 2,13



Dice el sacerdote que el 80 por ciento de los cristianos que se han zambullido en el Yoga, el Reiki o la reencarnación, han perdido su fe
El Padre James Manjackal M.S.F.S es un conocido sacerdote católico que da la vuelta al mundo predicando en retiros, dirigiendo convenciones y servicios de sanación, dirigiendo Escuelas de Evangelización e iniciando misiones entre los musulmanes en el Golfo de Arabia. 
En 1989 fundó "Charis Bhavan", el renombrado centro carismático de retiros en Kerala, siendo su director y superior durante 6 años. 
Siendo indio, del estado de Kerala, es un gran conocedor de las corrientes espirituales que nacen en Oriente, en especial el Yoga, la Nueva Era, el Reiki... y acaba de alertar en una conferencia que “Yoga y cristianismo son incompatibles”.
Indio y sacerdote católico
«Como cristiano católico nacido en el seno de una familia católica tradicional en Kerala, en la India, pero habiendo vivido entre hindúes; y ahora como religioso, sacerdote católico y predicador carismático en 60 países de los cinco continentes, creo que tengo algo que decir sobre los efectos perniciosos que tiene el yoga en la vida y en la espiritualidad cristiana.
»Sé que hay un interés creciente por el yoga en todo el mundo, incluso entre los cristianos y que también ese interés se extiende a otras prácticas esotéricas y de la Nueva Era como el Reiki, la reencarnación, la acupresión, la acupuntura, la sanación pránica o pranoterapia, la reflexiología, etc. métodos sobre los que el Vaticano ha prevenido y avisado en su documento “Jesucristo, portador del agua de la vida”.
Confusión sobre el Yoga
»Para algunos el Yoga es un medio de relajación y de alivio de la tensión, para otros es un ejercicio que promueve la salud y el estar en forma y, para una minoría, es un medio para la curación de enfermedades. 
»En la mente del católico medio, ya sea laico o del clero, hay mucha confusión pues el Yoga según se promueve entre los católicos no es exclusivamente ni una disciplina relacionada con la salud ni una disciplina espiritual sino que unas veces es una cosa, otras veces la otra, y frecuentemente una mezcla de las dos.
»Pero el hecho es que el Yoga es principalmente una disciplina espiritual y sé que incluso hay sacerdotes y hermanas en seminarios y noviciados que aconsejan el Yoga como una ayuda para la meditación y para la oración. 
»Es triste que hoy en día, MUCHOS CATÓLICOS ESTÉN PERDIENDO LA CONFIANZA EN LAS GRANDES PRÁCTICAS ESPIRITUALES y místicas para la oración y la disciplina que recibieron de grandes santos como Ignacio de Loyola, Francisco de Asís, Francisco de Sales, Santa Teresa de Avila, etc. y ahora sigan a espiritualidades y místicas orientales que provienen del Hinduismo y del Budismo.
»A este respecto, un cristiano sincero debería informarse sobre la compatibilidad del Yoga con la espiritualidad cristiana y sobre la conveniencia de incorporar sus técnicas en la oración y en la meditación cristianas.
Yoga es una unión con una divinidad impersonal
»¿Qué es el Yoga? La palabra Yoga significa "unión", el objetivo del Yoga es unir el yo transitorio (temporal), "JIVA" con el (yo eterno) infinito "BRAHMAN", el concepto hindú de Dios. Este Dios no es un Dios personal, sino que es una sustancia impersonal espiritual que es uno con la naturaleza y el comos.
»Brahman es una sustancia impersonal y divina que “impregna, envuelve y subyacente en todo”. El Yoga tiene sus raíces en los Upanishads hindúes que son anteriores al año 1000 a.C., y dice sobre el Yoga que “une la luz dentro de ti con la luz de Brahman”.
»“Lo absoluto está en uno mismo” dicen los Upanishads Chandogya, “TAT TUAM ASI” o “ESO ERES TÚ”. Lo Divino habita dentro de cada uno a través de Su representante microcósmico - el yo individual- llamado Jiva.
»En el Bhagavad Gita, el señor Krishna describe el Jiva como “mi propia parte eterna”, y afirma que “la alegría del yoga le llega al yogi que es uno con Brahman”.
Las ocho vías del Yoga
En el año 150 a.C, el yogi Patanjali explicó las ocho vías que guían las prácticas del Yoga desde la ignorancia a la iluminación. Las ocho vías son como una escalera. Son:
- autocontrol (yama)
- práctica religiosa (niyama)
- posturas (asana)
- ejercicios de respiración (pranayama)
- control de los sentidos (pratyahara)
- concentración (dharana)
- contemplación profunda (dhyana)
- iluminación (samadhi).
»Aquí es interesante observar que las posturas y los ejercicios de respiración, que frecuentemente son considerados en occidente como todo el Yoga, son los pasos 3 y 4 hacia la unión con Brahman.
El Yoga es una disciplina espiritual
»El Yoga no es sólo un sistema elaborado de posturas y de ejercicios físicos, es una disciplina espiritual que pregona llevar el alma al samadhi, a la unión total con el ser divino. El samadhi es el estado en el que lo natural y lo divino se convierten en uno, el hombre y Dios llegan a ser uno sin ninguna diferencia. (Brad Scott: ¿Ejercicio o práctica religiosa? Yoga: Lo que el profesor nunca le enseñó en una clase de Hatha Yoga” en el Watchman Expositor Vol. 18, No. 2, 2001).
Cuando te citan la Biblia en clave panteísta
»Este enfoque del Yoga es radicalmente contrario al Cristianismo, en donde claramente hay una distinción entre Creador y criatura, entre Dios y hombre. En el Cristianismo, Dios es el “Otro” y nunca “el mismo”.
»Es triste que algunos promotores del Yoga, Reiki o de otras disciplinas o meditaciones distorsionen algunas citas de la Biblia al citarlas aisladas para corroborar sus argumentos tales como: “sois templo de Dios” “el agua viva fluye en ti”, “estaréis en Mi y Yo estaré en vosotros” “ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mi” etc. sin entender el contexto ni el significado de estas palabras de la Biblia.
»Hay gente que retrata a Jesús incluso como a un yogui como actualmente podemos ver en imágenes de Jesús en conventos, capillas y presbiterios – ¡Jesús está representado en posturas de meditación de yogui!”.
»Decir que Jesús es “un yogui” es denegar Su divinidad, santidad y perfección intrínseca e insinúa que Él tenía una naturaleza imperfecta sujeta a la ignorancia y a la ilusión (Maya), y que necesitó ser liberado de su condición humana mediante la práctica y la disciplina del yoga.
El Yoga es panteísta
»El yoga es incompatible con la espiritualidad cristiana porque es panteísta (al decir "Dios es todo y todo es Dios"), y sostiene que existe una realidad única y todo lo demás es ilusión o Maya. Si sólo existe una realidad y todo lo demás es ilusorio, no puede haber ninguna relación ni amor.
»El Centro de la fe Cristiana es la fe en la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas en un solo Dios, el modelo perfecto de relación amorosa.
El Cristianismo es todo sobre relaciones con Dios y entre los hombres. “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón con toda tu alma y toda tu mente. Este es el principal y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás al prójimo como a ti mismo” (Mt 22: 37-39).
No hay distinción entre bien y mal
»En el Hinduísmo, el bien y el mal, lo mismo que el dolor y el placer son ilusorios (Maya) y por lo tanto irreales. Vivekananda, el icono más respetado del Hinduismo moderno, decía: “el bien y el mal son uno y lo mismo” (Vivekananda. “The yogas and other Works”, publicado por Ramakrishna Vivekananda Centre NY, 1953). En el Cristianismo, la cuestión controvertida del pecado como una ofensa contra la Santidad de Dios es inseparable para nuestra fe, porque el pecado es la razón por la que necesitamos un Salvador. La Encarnación, la Vida, la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús son para nosotros medios de salvación, es decir, para liberarnos del pecado y de sus consecuencias. No podemos ignorar esta diferencia fundamental a la hora de absorber en la Espiritualidad Cristiana al Yoga y a otras técnicas de meditación orientales.
Una práctica pagana
»En el mejor de los casos el Yoga es una práctica pagana y en el peor es una práctica oculta.
Esta es la religión del anticristo (el hombre que se hace Dios) y por primera vez en la historia está siendo practicada frenéticamente en el mundo occidental y en América.
»Es ridículo que maestros de Yoga lleven incluso una cruz o algún símbolo cristiano, engañan a la gente diciendo que el Yoga no tiene nada que ver con el Hinduismo y dicen que es sólo cuestión de aceptar a otras culturas. Otros han intentado enmascarar al Yoga con apelativos cristianos denominándole “Yoga Cristiano”.
»Esta no es una cuestión de aceptar la cultura de otro pueblo, es una cuestión de aceptar otra religión que es irrelevante para nuestra religión y de conceptos religiosos.
Extendido en Occidente
»Es una pena que el Yoga se haya expandido tan frenéticamente desde los jardines de infancia hasta todo tipo de instituciones de medicina, psicología etc. llamándose a si mismo ciencia cuando no lo es en absoluto; y se está vendiendo bajo la etiqueta de “terapia de relajación”, “auto-hipnosis”, “visualización creativa”,”centering”, etc.
»El Hatha Yoga, está ampliamente difundido en Europa y en América como método de relajación y como ejercicio no agotador, es uno de los seis sistemas reconocidos del Hinduismo ortodoxo, en su es origen religioso y místico, y es la forma más peligrosa de Yoga (Dave Hunt, “the seduction of Christianity” página 110).
»Recordad las palabras de San Pablo: “No os maravilléis, pues también Satanás se disfraza de ángel de luz” (II Cor 11: 14). Es cierto que mucha gente se ha sanado por medio del Yoga y de otras formas orientales de meditación y oración. Aquí es donde los cristianos deberían preguntarse a sí mismos si necesitan una sanación y beneficios materiales o a su Dios, Jesucristo en el que creen, y Quién es la fuente de todas las sanaciones y de la buena salud.
El deseo de ser Dios
»El deseo de llegar a ser Dios es el primer y el segundo pecado en la historia de la creación según está registrado cronológicamente en las Biblia: “Te decías en tu corazón: El cielo escalaré, encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono; en el monte de la asamblea me sentaré, en lo último del norte. Subiré a las alturas de las nubes, seré igual que el altísimo” (Is 14: 13-14). La serpiente le dijo a la mujer: "¡No, no moriréis! Antes bien, Dios sabe que en el momento en que comáis se abrirán vuestros ojos y seréis como dioses conocedores del bien y del mal" (Gen 3: 4-5).
»La filosofía y la práctica del Yoga están basados en la creencia de que el hombre y Dios son uno. Se enseña a poner el énfasis en uno mismo en lugar de en el Único y Verdadero Dios. Se anima a los que participan a buscar las respuestas a los problemas y cuestiones de la vida en su mente y en su conciencia en vez de buscar soluciones en la Palabra de Dios a través del Espíritu Santo, como sucede en el cristianismo. Se deja a uno, sin lugar a duda, expuesto al engaño del enemigo de Dios que busca víctimas a las que pueda arrancar de Dios y de la Iglesia (IPed 5: 8).
Una Europa avergonzada de sí misma
»En los últimos ocho años, he predicado la palabra de Dios principalmente en los países europeos que en tiempos fueron la cuna del cristianismo, y de donde salieron evangelizadores y misioneros, mártires y santos.
¿Podemos llamar a Europa cristiana ahora? ¿No es cierto que Europa ha borrado de su vida todos sus valores y conceptos cristianos? ¿Por qué se avergüenza Europa de reconocer sus raíces cristianas? ¿Dónde están los valores morales y la ética que desde hace siglos se practicaban en Europa y que fueron llevados a otras civilizaciones y culturas a través de la proclamación valiente del Evangelio de Cristo? ¡Por sus frutos conoceréis el árbol!.
»Yo creo que estas dudas y confusiones, la apostasía e infidelidad, la frialdad religiosa y la indiferencia han llegado a Europa a partir de que fueron introducidos en Occidente la mística y las meditaciones orientales, las prácticas esotéricas y las de la Nueva Era.
Del yoga a lo demoníaco 
»En mis retiros carismáticos, la mayoría de los participantes vienen con diferentes problemas morales, espirituales, físicos o psíquicos para ser liberados y sanados y para recibir una nueva vida mediante la fuerza del Espíritu Santo.
»Con toda la sinceridad de mi corazón, puedo decir que entre el 80% y el 90% de los participantes han estado en el Yoga, el Reiki, la reencarnación, etc. que son prácticas religiosas orientales. Allí han perdido la fe en Jesucristo y en la Iglesia.
»En Croacia, Bosnia, Alemania, Austria e Italia he tenido casos claros en los que individuos poseídos por el poder de la oscuridad gritaban “Yo soy Reiki”, “Yo soy el Sr. Yoga”. Ellos mismos se identificaban a estos conceptos como si fueran personas mientras yo dirigía una oración de sanación por ellos. Posteriormente tuve que hacer una oración de liberación sobre ellos para liberarles de la posesión del maligno.
¿No hay nada malo en el Yoga?
»Hay personas que dicen: “No hay nada de malo en la práctica de estos ejercicios, basta con no creer en la filosofía que hay detrás”. Sin embargo los promotores del Yoga, Reiki, etc, afirman claramente que la filosofía y la práctica son inseparables.
Un cristiano no puede aceptar el Yoga
»Por eso un cristiano no puede en ningún caso aceptar la filosofía y la práctica del yoga, ya que el Cristianismo y el Yoga son dos puntos de vista que se excluyen mutuamente. El Cristianismo ve al pecado como el principal problema del hombre, lo considera como un fracaso a la hora de ajustarse tanto a los estándares como al carácter de un Dios moralmente perfecto. El hombre está distanciado de Dios y necesita la reconciliación.
Cristo es la solución para el hombre
»La solución es Jesucristo “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” . Por la muerte de Jesús en la cruz, Dios ha reconciliado consigo al mundo. Ahora llama a los hombres a recibir en libertad todos los frutos de su salvación sólo a través de la fe en Cristo.
»A diferencia del Yoga, el Cristianismo ve la redención como un regalo gratuito que sólo puede ser recibido y nunca ganado o alcanzado a través del propio esfuerzo o con obras.

»Lo que se necesita hoy en Europa y en muchos sitios es la proclamación enérgica del mensaje de Cristo que viene de la Biblia y que es interpretado por la Iglesia para evitar dudas y confusiones que se difunden en Occidente entre muchos cristianos, y llevarles al Camino, la Verdad y la Vida: Jesucristo. Sólo la verdad puede hacernos libres».



PUEDES VER:
-Carta a los obispos de la Iglesia Católica, sobre algunos aspectos de la meditación cristiana. Congregación para la doctrina de la fe. (15 de octubre de 1989)

8 de julio de 2013

ACTO DE DESAGRAVIO POR LA PROFANACIÓN DEL SAGRARIO DE LA BEGOÑA-NAGUANAGUA




PEQUEÑO ACTO DE REPARACIÓN POR LA PROFANACIÓN
DE LA IGLESIA LA BEGOÑA-NAGUANAGUA

“Hay que expresar nuestro más profundo dolor y nuestra firme denuncia de la extrema gravedad por delito cometido, en la Iglesia de la Begoña-Naguanagua, que ATENTA CONTRA LA SANTIDAD DE LA EUCARISTÍA, porque es el sacramento más augusto, en el que se contiene, se ofrece y se recibe al mismo Cristo Nuestro Señor, es la Santísima Eucaristía, por la que la Iglesia vive y crece continuamente. Posiblemente fueron más allá del mero robo, creemos que hay algo de brujería-santería, las especies sacramentales las quieren para UN USO INDEBIDO y esto es más serio, y significa que hay gente con una MENTALIDAD MALÉFICA. Es una situación grave, no creo que sea gente de otro credo porque ellos son muy respetuosos, más bien creemos que SON GENTE CON CREENCIAS TORCIDAS”.
Por tanto que se ofende a Dios, hagamos reparación y desagravio. Pidamos perdón y misericordia.
Divino Salvador de las almas: cubierto de confusión mi rostro me prosterno en vuestra presencia soberana, y dirigiendo mi vista al solitario Tabernáculo donde gemís cautivo por mi amor, pártaseme mi corazón de pena al ver el olvido en que os tienen los redimidos; al ver esterilizada vuestra sangre, infructuosos los sacrificios y escarnecido vuestro amor. Pero ya que con infinita condescendencia permitís que una mis gemidos a los vuestros, mis lágrimas a las que brotan por mi causa de vuestros santísimos ojos, a las lágrimas de sangre que vertió vuestro Divino Corazón; os ruego, Dulce Jesús, por los que no os ruegan, os bendigo por los que os maldicen, y os adoro por los que, despiadados, os ultrajan, y con toda la energía de mi alma deseo bendeciros y alabaros en todos los Sagrarios de la tierra, y con los valiosos efectos de vuestro amante Corazón.
Señor:
Por todas las blasfemias, sacrilegios, profanaciones de fiestas, que se comenten contra el nombre de Dios y sus templos. Perdón, Señor, perdón.
Por todos los ataques a la Iglesia, persecuciones y propagandas de  ateísmo. Perdón, Señor, perdón.
Divino Redentor y Salvador nuestro, Jesucristo: Queremos desagraviarte, implorando tu perdón por todos los que te niegan y te blasfeman, así como tu Misericordia infinita para todos los que rechazan el tesoro incalculable de tus gracias, al dejarse arrastrar por esta creciente ola de errores que avanza sobre la humanidad en esta hora difícil de su historia. Imploramos la luz de tu Santo Espíritu para que todos en tu Iglesia podamos darnos cuenta de estos errores y herejías, y te pedimos la fortaleza para poder combatirlos con firmeza y valor.
Por pretender sustituir tu Divina Providencia por la Astrología, Adivinación, Hechicería, Brujería, Santería, Espiritismo y Satanismo. ¡Perdón  Señor, perdón!
Por la profanación de tus Templos, el Santísimo Sacramento del Altar ¡Perdón Señor, perdón!
Sagrado Corazón de Jesús, animados con el deseo de reparar los ultrajes cometidos incesantemente contra Ti, nos postramos ante el trono de Tu misericordia, y en nombre de toda la humanidad, Te ofrecemos nuestro amor y fidelidad.
¡Mientras más blasfemias haya contra Tus misterios, más firmemente creeremos en ellos, oh Sagrado Corazón de Jesús!
¡Mientras más amenace la impiedad con extinguir nuestras esperanzas de inmortalidad, más confiaremos en Tu Corazón, única esperanza de la humanidad!
¡Mientras más se resistan los corazones a Tus divinas atracciones, más Te amaremos, oh infinitamente amable Corazón de Jesús!
¡Mientras más ataque la incredulidad Tu Divinidad, más humilde y profundamente la adoraremos, oh Divino Corazón de Jesús!
¡Mientras más transgredidas e ignoradas sean Tus leyes, más nos deleitaremos en observarlas, oh Sacratísimo Corazón de Jesús!
¡Mientras más despreciados y abandonados sean Tus Sacramentos, más frecuentemente los recibiremos con amor y reverencia, oh mansísimo y humildísimo Corazón de Jesús!
¡Mientras más descuidada y olvidada sea la imitación de Tus virtudes, más nos esforzaremos por practicarlas, oh Corazón de Jesús, modelo de toda virtud!
¡Mientras más trabaje el demonio para destruir las almas, más nos inflamaremos con el deseo de salvarlas, oh Corazón de Jesús, Amante celoso de las almas!
¡Mientras más destruyan el pecado y la impureza la imagen de Dios en el hombre, más trataremos de ser templos vivos del Espíritu Santo, a través de la pureza de vida, oh Corazón Purísimo de Jesús!
¡Mientras más despreciada sea Tu Santa Iglesia, más nos empeñaremos en ser sus hijos fieles, oh Dulce Corazón de Jesús!
¡Mientras más perseguido sea Tu Vicario en la tierra, más lo honraremos nosotros como cabeza infalible de Tu Santa Iglesia, le mostraremos nuestra fidelidad y rezaremos por él, oh Corazón de Jesús, lleno de majestad!
Oh Sagrado Corazón, por Tu gracia poderosa, haz que seamos Tus apóstoles en medio de un mundo corrompido y también Tu corona en el reino de los cielos. Amén.
 ¡Ojalá nos fuese dado lavar tantos crímenes con nuestra propia sangre más entre tanto, como reparación del honor divino, conculcado, uniéndola con la expiación de la Virgen Madre tuya y nuestra, de los Santos y de las almas buenas, te ofrecemos la satisfacción que Tú mismo ofreciste un día sobre la cruz al Eterno Padre y que diariamente se renueva en nuestros altares prometiendo de todo corazón que, en cuanto nos sea posible y mediante el auxilio de tu gracia, repararemos los pecados propios y ajenos y la indiferencia de las almas hacia tu amor, oponiendo la firmeza en la fe, la inocencia de la vida y la observancia perfecta de la ley evangélica sobre todo de la caridad, mientras nos esforzamos por impedir que seas injuriado y por atraer a cuantos podamos para que vayan en tu seguimiento.
ORACIÓN FINAL.
¡Oh benignísimo Jesús! Por intercesión de la Santísima Virgen María Reparadora, te suplicamos que recibas este voluntario acto de reparación; concédenos que seamos fieles a tus mandatos y a tu servicio hasta la muerte y otórganos el don de la perseverancia, con el cual lleguemos felizmente a la gloria, donde en unión con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos AMEN.