AÑO JUBILAR DE LA
JUVENTUD VENEZOLANA
ENERO
2014 – FEBRERO 2015
Nuestros Obispos
Venezolanos han decretado un AÑO JUBILAR DE LA JUVENTUD que hemos iniciado el día
14 de enero, festividad de la Divina Pastora y que culminará el 12 de febrero
del año 2015.
Con este Año
Jubilar juvenil se quiere profundizar en su compromiso de animar a los jóvenes
a un mayor compromiso con Jesucristo, acompañarlos en su vida de fe, ayudarlos
en su discernimiento vocacional y motivarlos a trabajar con los más
necesitados. Quiere invitarlos, una vez más, a ser discípulos misioneros de
Jesucristo que lleven, con creatividad y valentía, su experiencia cristiana a
otros jóvenes.
Para ello, hemos
de servirnos de materiales como el Concilio Plenario de Venezuela,
especialmente, Jesucristo Buena noticia para los jóvenes (Documento conciliar
n° 5); Aparecida; los mensajes de las diferentes JMJ; Catequesis, etc., de modo
que nuestros jóvenes vuelvan la mirada a las Palabras del Señor que los necesita,
que abran y escuchen en su corazón qué les dice el Señor. Viendo, aquello que
decía el Papa Francisco, tres cosa importantes el campo donde se siembra, el
lugar de entrenamiento y la construcción. Que no se olviden (nuestros jóvenes):
son el campo de la fe; atletas de Cristo, constructores de una Iglesia más
hermosa, un mundo mejor, una Venezuela Mejor.
Pero también es
necesario que, como Pastores, aprovechemos este año especial para acercarnos
más a nuestros jóvenes, acompañándolos en sus inquietudes, ofreciéndoles espacio
de manera que crezcan en su cercanía al Señor. Se hace necesario que nuestra
haya disponibilidad para escucharlos.
Nuestro
compromiso, como sacerdotes, pastores de una comunidad, servidores y administradores
de los bienes de Dios, es ayudarles a que arda en su corazón el deseo de ser
discípulos misioneros de Jesús. Que vean en nosotros sacerdotes que rezan, que
trabajan, alegres, disponibles.
¿Qué esperan los
jóvenes de nosotros como sacerdotes? Necesidad de guías fuertes, sólidos en su vocación y en su identidad. Los jóvenes
esperan de nosotros poder aprender a ser cristianos para vivir la
armonía y unidad en la familia. Donde
hay un SACERDOTE APASIONADO la comunidad florece. La fe no
ha perdido atractivo, pero es necesario que existan personas que la muestren
como una elección seria, sensata y creíble. Eso esperan de nosotros.
Que no seamos
sacerdotes que han perdido confianza en el ministerio, en el carisma y la cultura. Los jóvenes esperan de nosotros: coraje de
ser nosotros mismos, no dejándonos invadir por el consumismo que el mundo nos
presenta. Se hace también necesario salir de nuestras comodidades e
interés personal pensando más en los fieles: niños, jóvenes y adultos. Pero “el
sacerdote que sale poco de sí, que unge poco SE PIERDE LO MEJOR DE NUESTRO
PUEBLO (…). El que no sale de sí, en vez de mediador, se va convirtiendo
poco a poco en intermediario, en gestor. (…) De aquí proviene precisamente la
insatisfacción de algunos, que terminan tristes, SACERDOTES TRISTES.
(…) esto os pido, nos decía el Papa Francisco: sed pastores con «olor a oveja»,
que eso se note—; en vez de ser pastores en medio al propio rebaño, y
pescadores de hombres. (…) Es bueno que la realidad misma nos lleve a ir allí
donde lo que somos por gracia se muestra claramente como pura gracia, en ese
mar del mundo actual donde sólo vale la unción —y no la función— y resultan
fecundas las redes echadas únicamente en el nombre de Aquel de quien nos hemos
fiado: Jesús”.
Que no temamos
en ser SACERDOTES, porque allí donde seamos auténticamente sacerdotes, allí
donde propongamos sin miedo la verdad de la fe, allí donde no tengamos miedo de
enseñar a los fieles, especialmente a los jóvenes, a rezar... seguirán aún más
al Señor y darán mayor respuesta.
Este año
jubilar, si bien es ofrecido para nuestros jóvenes, también es la oportunidad
para que nosotros nos renovemos, particularmente, renovemos nuestra alma. Todo lo
que hagamos en provecho de nuestro jóvenes, pensando, sólo Dios nos lo
recompensará. Bien nos decía el Papa Francisco: “No escatimemos esfuerzos en la formación de los jóvenes…Ayudemos a
nuestros jóvenes a redescubrir el valor y la alegría de la fe, la alegría de
ser amados personalmente por Dios, que ha dado a su Hijo Jesús por nuestra
salvación. Eduquémoslos a la misión, a salir, a ponerse en marcha”
Pbro.
Williams Campos
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