23 de febrero de 2015

CARTA A LOS CENTROS EDUCATIVOS DENTRO DE LA PARROQUIA

Reciba un cordial saludo en Cristo nuestro Señor.
El miércoles 18 hemos comenzado, con la imposición de las cenizas en nuestras cabezas, la Cuaresma tiempo de gracia y de purificación, ocasión privilegiada para “fortalecer los corazones” (Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2015), y la Campaña Compartir con el tema “Acogemos tu vida, mejoremos tu salud”.
Cuando se habla del “corazón” en el ámbito de la educación y de la fe, se corre el riesgo de encontrar resistencia ante lo que podría tomarse, equivocadamente, por mero sentimentalismo. Si se tratara de esto, estaríamos tan lejos del cristianismo como si tratáramos de la dureza del corazón. No se trata de vencer el sentimentalismo con dureza, sino de la fortaleza para amar.
Lo que propone es una renovación personal y eclesial para vencer las dos formas más actuales de la dureza del corazón: la indiferencia y el encerrarse en uno mismo o en el propio grupo. Y, para superar tanto la indiferencia como las pretensiones de omnipotencia, se nos propone que vivamos esta Cuaresma como un camino de formación del corazón.  Solamente quien tiene un corazón formado es capaz de comprometerse, ejercitando así adecuadamente su libertad y madurando como persona.
La Campaña Compartir 2015 se trata a tener conciencia sobre la importancia de la salud, como aportar al entorno y como crear una salud natural para tener una vida más sana. Cada uno puede ser parte de esta Campaña ¿Cómo? Primero con las habilidades. “Si eres médico, enfermera, docente acércate a tu parroquia y coloca tus habilidades a la orden”. Segundo, mediante la creación de un banco de insumos: “Si tienes insumos médicos que puedas donar o alimentos llévalos a la parroquia más cercana”. Y tercero, “a través de una Colecta Especial” que pueden colocar una alcancía en el centro educativo o de salud para luego enviarlo a Caritas Venezuela.
Deseando que este tiempo de la cuaresma sea un período donde se revise y trabaje por la conversión personal y en el centro educativo también se lleve a cabo, no sólo la formación intelectual y moral, sino también la del corazón, en donde todos, hombres y mujeres, jóvenes, niños y niñas, valgamos lo que vale nuestro corazón siendo solidarios con los hermanos.
Que el Señor los bendiga y la Virgen los guarde.
  
P. Williams Campos
Párroco



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