“MISERICORDIOSOS
COMO EL PADRE”
EXHORTACIÓN PASTORAL CON OCASIÓN DE
LA CELEBRACIÓN DEL AÑO DE LA MISERICORDIA EN LA DIOCESIS DE PUERTO CABELLO
A los sacerdotes, consagrados y
consagradas y fieles laicos:
1.
La Iglesia ha recibido con alegría la
convocatoria de un Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia que ha hecho
el Papa Francisco. La misericordia viene de Dios y es fuente de perdón, serenidad, paz y esperanza. Al atravesar la Puerta Santa nos dejaremos abrazar por la
misericordia de Dios y nos comprometeremos a hacerla presente a los demás.
El Año Santo iniciará el 8 de diciembre de 2015, con la
apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro en Roma. El domingo 13
de diciembre se abrirá la Puerta del Jubileo en nuestra Diócesis de Puerto
Cabello en la catedral San José a las
5 de la tarde, como un signo visible de la comunión con
toda la Iglesia. El año jubilar concluirá
el 20 de noviembre de 2016.
Para nuestra Diócesis, el Año de
la Misericordia no es un
elemento ajeno. En efecto, nuestra acción pastoral anhela una ternura dirigida hacia
los creyentes y un camino misericordioso y compasivo hacia ellos. (Cf.
Misericordiae Vultus, 10)
2.
En lo que atañe a la primera prioridad
de nuestro Plan pastoral, la Primacía de la gracia, la misericordia tiene como objetivo primario ser una manera
concreta de vivir la santidad. En efecto, Jesucristo es el rostro de la misericordia
del Padre; por tanto, Él es la fuente de alegría, serenidad y paz. La misericordia es la ley fundamental que
habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano
que se encuentra en el camino de la
vida. La misericordia es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el
corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de
nuestro pecado. (Cf. Misericordiae
Vultus, 2-3)
3. Respecto a la prioridad de
la Misión, la Iglesia
tiene que anunciar la misericordia de Dios, centro del
Evangelio, que debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona. En nuestro
tiempo, en el que la Iglesia está comprometida en la nueva evangelización, el
tema de la misericordia exige un nuevo entusiasmo y una renovada acción pastoral. Es determinante
para la Iglesia y para la credibilidad de su anuncio, que ella viva y testimonie en primera persona
la misericordia de Dios, para penetrar en el corazón de las personas la
búsqueda del camino de vuelta hacia el Padre.
Por tanto, donde esté presente la
Iglesia, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En nuestras
parroquias, en las pequeñas comunidades, en las asociaciones y movimientos, en
fin, dondequiera que haya cristianos, debería existir un oasis de misericordia.
(Cf. Misericordiae
Vultus, 12)
4.
En
cuanto a la prioridad de la solidaridad, en este Año Santo, auguramos que se tome
conciencia y se realicen las las obras
de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para
despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la
pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres
son los privilegiados de la misericordia divina. Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de
comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al
forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos.
Y no olvidemos las obras de misericordia
espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe,
corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con
paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los
difuntos. (Cf. Misericordiae Vultus, 16)
En parte para cumplir con este cometido, exhorto a los
distinguidos párrocos para que en sus respectivas comunidades creen y
consoliden, si es el caso, las respectivas
Caritas Parroquiales, con alguna obra social que responda a las personas más
necesitadas.
5. La Cuaresma
de este Año Jubilar debe ser vivida con intensidad, como un momento fuerte para celebrar y experimentar
la misericordia de Dios.
La iniciativa “24 horas para el Señor”,
a celebrarse durante el viernes 4 y sábado 5 de marzo, que antecede al IV domingo de Cuaresma, debe
efectuarse con éxito en nuestra Diócesis; así como otras jornadas
penitenciales que cada párroco pueda establecer en su templo o en lugares
abiertos donde “esta la gente” ( Centros comerciales, plazas, boulevares). Es un hecho que muchas personas y entre ellas
los jóvenes, se están volviendo a Dios a través
del sacramento de la Reconciliación.
6.
Por instrucciones
del Santo Padre, este año, será un año jubilar donde gozaremos del
beneficio de la INDULGENCIA, que nos recuerda que el perdón de Dios por nuestros
pecados no conoce límites. Dios, rico en piedad y ternura, está siempre
disponible al perdón y nunca se cansa de ofrecerlo de manera siempre nueva e
inesperada. (Cf. FRANCISCO, Carta con la que concede la Indulgencia con
ocasión de Jubileo Extraordinario de la Misericordia, Roma 1 septiembre de 2015)
6.1.
Para obtener la indulgencia se debe cumplir en primer lugar con las condiciones habituales:
confesión sacramental, comunión eucarística, oración por las intenciones del Santo Padre.
6.2.
Los fieles “están
llamados a realizar una breve peregrinación hacia la Puerta Santa, abierta
en la Catedral San José. Es importante
que este momento estén unidos, ante todo, al Sacramento de la Reconciliación
y a la celebración de la Santa Eucaristía, profesión de fe y una reflexión sobre la misericordia”.
6.3.
“Igualmente
dispongo que se pueda ganar la indulgencia en las iglesias que
tradicionalmente se identifican como Jubilares: Santo Cristo de la salud de Borburata y Santa Ana de Morón, con los
anteriores elementos.
6.4.
“Igualmente
dispongo que se pueda ganar la indulgencia en las Fiestas diocesanas
siguientes:
Jueves 11 de febrero: Jornada mundial del enfermo en
el Hospital Adolfo Prince Lara (Organizado por la Zona 2). En este día serán
enviados a las comunidades los misioneros y voluntarios de la
misericordia. Y se renovaran los
ministerios conferidos a nuestros
laicos.
Sábado 19 de marzo. Solemnidad de San José
en el Catedral San José
22 de marzo: martes santo con el III Encuentro diocesano de Parroquias en un
espacio abierto de Morón ( Organizado por la Zona 5)
24 de marzo: Jueves santo en la Misa Crismal (Organizado
por Zona 1)
29 de mayo: Corpus Christi en la Parroquia de San Pio X El Cambur (Organizado por la Zona 4)
14 de septiembre: Santo Cristo de la salud en Borburata.
1 de octubre: Inicio del Año Pastoral en la Parroquia Santa Rosa de Lima (Organizado
por la Zona 3)
6.5.
Cada vez que un fiel realice personalmente una o más
las obras de misericordia corporales y espirituales “obtendrá ciertamente la
indulgencia jubilar”.
6.6.
Sobre
los enfermos y las personas ancianas que no pueden salir de casa, “será de gran ayuda vivir la enfermedad y el sufrimiento como
experiencia de cercanía al Señor, recibiendo la comunión o
participando en la Santa Misa a través de los diversos
medios de comunicación.
6.7.
Los presos, “en las
capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia, y cada vez que atraviesen
la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda
este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa.
6.8.
De igual modo, en la celebración Eucarística podemos orar por nuestros difuntos
con el fin de que ellos también participen del perdón de la indulgencia y
alcancen a contemplar el rostro misericordioso del Padre y les libere de todo residuo de culpa.
6.9.
Atendiendo al
principio de que el perdón de Dios no se puede negar a todo el que
se haya arrepentido sinceramente, el Santo Padre, ha decidido conceder a todos
los sacerdotes para el Año jubilar, la facultad de absolver del pecado del
aborto. Los sacerdotes se deben preparar para esta tarea sabiendo conjugar palabras de genuina
acogida con una reflexión que ayude a comprender el pecado cometido, e indicar
un itinerario de conversión verdadera.
7.
Queridos hermanos,
les invito a celebrar con intensidad este año de la Misericordia para que renovemos nuestra propia vida de
cristiana transitando por las sendas de la santidad y perfección cristiana. Se
lo encomendamos a
María, la Virgen, modelo incomparable de amor a Dios y al prójimo y expresión
de la misericordia divina.
En Puerto Cabello, a los tres días del
mes de diciembre de dos mil quince.
† Saúl Figueroa Albornoz
Obispo de Puerto Cabello
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