PEREGRINAR PARROQUIAL Y DIOCESANA
AL SANTO CRISTO DE LA SALUD
13 DE SEPTIEMBRE DE 2014
La peregrinación, experiencia religiosa universal, es una expresión
característica de la piedad popular, estrechamente vinculada al santuario, de
cuya vida constituye un elemento indispensable: “el peregrino necesita un santuario y el santuario requiere peregrinos”.
El
peregrino es un símbolo viviente. El peregrinar es un rito común a la inmensa
mayoría de las religiones, aunque la concreción del rito dependa de la
concepción de Dios, del hombre y del mundo que tiene cada credo religioso.
Si
nos centramos en la tradición religiosa de la que fluye el cristianismo,
estamos en grado de afirmar que la Biblia (cf. Ex 40, 34-35; 1 Re 8, 10-13)
es el testimonio escrito de una peregrinación que marca el camino del hombre
hacia la felicidad: destino para el que Dios le ha creado. Abraham es un
peregrino errante a la búsqueda del destino que Dios le ha anunciado (cf. Rm 4; Ga 3, 6-9; Hb 11, 8-19).
Peregrina Jacob, el gran patriarca. El pueblo de Israel se libera de la
esclavitud del Faraón, y se forja como pueblo, peregrinando. Los Apóstoles
anuncian la Buena Noticia de Jesús, liberación definitiva de los obstáculos –
insalvables para el hombre – que le impiden ser feliz, peregrinando por todo el
mundo entonces conocido.
¿Para qué peregrinaron ellos y por qué lo hacemos
nosotros? Tres
cosas importante:
1. Para comprometerse con su fe y ser más coherentes con
ella. Queremos también nosotros comprometernos más a través de nuestra conducta
y nuestras palabras.
2. Para manifestar a todos públicamente la herencia
recibida de los Apóstoles y de la Tradición, que no es otra que cumplir el
encargo de Jesús de Nazaret: anunciar a todos que el hombre ya puede ser feliz.
3. Para convertir su corazón de los valores derivados del
orgullo y el egoísmo, a los del amor, e invitar a los demás a hacer lo mismo.
Así
creamos una ruta en la que continuamente queda de manifiesto el amor y
solidaridad de una sociedad con la que el peregrino se encuentra al hacer el camino.
Ésta influye en el peregrino y éste en ella. Así caminando, hacemos el camino
al santuario.
CÓMO SURGE
No
voy a mencionar cómo nació la peregrinación al Santuario desde sus realidades
remotas, solo voy a mencionar el fenómeno de formación del camino próximo al
Santo Cristo que surgió en el año 2011, desde las Colinas de Mara en el
Municipio Juan José Mora, con un pequeño grupo de 38 personas que se aventuraron
a esta apasionante obra de fe y que aceptaron la invitación.
Al
inicio parecía una obra descabellada, lo que suponía caminar, no sólo durante
la noche, sino la misma distancia de unos 30 a 33 km hasta el Santuario Santo
Cristo de la Salud en Borburata. Pero lo que se apuntaron, son los que dieron
luego testimonio de que valió la pena peregrinar, caminar durante la noche, el abrazar al Santo Cristo plasmando así los primeros pasos para otros se
animen a peregrinar con fe, que en los siguiente años ha dado sus frutos.
Lógico, no por nosotros, sino el mismo SEÑOR quien llama e invita.
El segundo año, aumentó el número de los que quisieron peregrinar durante
la noche, un total de 43 personas de diversas edades, que te motivan a un más a
caminar. En esta ocasión se anexaron en el camino a la altura del Palito feligreses
de la Parroquia San Pío X junto con su párroco Tulio Méndez, y feligreses de la
Parroquia el Carmen junto a su párroco Wolfgang González, haciendo con ello
toda una fiesta de fe, con una meta común.
El año pasado, en su tercera ocasión, salimos como peregrinos 62 personas,
quisieron hacer esta bella ruta jóvenes de la parroquia Santa Rosa de Lima, que
se trasladaron hasta la parroquia Cristo Rey para hacer y luego contar su
experiencia.
En todos los años nos han acompañado también los cuerpos de Seguridad, a
quienes estamos grandemente agradecidos: Policía Municipal, Policía de
Carabobo, SEMAPRE, Bomberos, Ambulancias, tanto del Municipio Juan José Mora,
como de Puerto Cabello. Toda una fiesta hacia la tierra prometida, en este
caso, al Santuario Santo Cristo.
RUTA
¿Por
qué hacer la ruta del peregrino? En toda peregrinación hay que tener en cuenta,
sobre todo, los siguientes elementos: a) la motivación; b), el Camino y c) la
Meta.
Distintas pueden ser las motivaciones que lleven a
peregrinar: Promesas, peticiones, condenas, aventuras, ruegos, esperanzas. Tratándose de peregrinar al santuario, es dirigirse al
Calvario, subir donde está Cristo Esta bella experiencia, peregrinar hasta nuestro
Santuario Diocesano, para nosotros, los cristianos, representa el punto geográfico de la unión
de Dios con los hombres, de la eternidad y la historia”; queriendo tener una relación personal y en contacto
con Él, como los Apóstoles: que de Él aprendieron el Mensaje de Salvación,
convivieron durante tres años por lo
caminos de Palestina con las circunstancias de vivir en el tiempo y en el
contexto de su inserción terrena. Los apóstoles son los responsables de la
transmisión de la fe original recibida de Jesucristo.
Es la motivación
lo que hace a uno ser o no ser peregrino. Ojala, todos mis hermanos sacerdotes,
particularmente los que hacemos vida en el municipio Juan José Mora, hagamos de
esto una noble causa de fe, siendo los primeros que van por delante guiando a
las ovejas y llevarlos a pastos abundantes.
La
peregrinación, unos lo hacen con profundo sentido religioso y de penitencia
para llegarse a las raíces apostólicas de la fe, otros en búsqueda de un encuentro con la
fe, tal vez por primera vez, o acaso para recuperar, después de un
tiempo de abandono, la fe perdida.... Las diferentes actitudes pueden tener el
mismo fondo en la intención. Y es la
intención la que constituye a uno en peregrino.
El
peregrino suele recibir la bendición de Dios para hacer este difícil camino
antes de partir. Así la expresa el Codex Calixtinus del siglo XII, refiriéndose
al Camino de Santiago, y que nos sirve de expresión para el camino al Santuario:
“En nombre de nuestro Señor Jesucristo, recibe este morral hábito
de tu peregrinación, para que castigado y enmendado te apresures en llegar a
los pies de Santiago (Santuario),
a donde ansías llegar, y para que después de haber hecho el viaje, vuelvas al
lado nuestro con gozo, con la ayuda de Dios, que vive y reina por los siglos de
los siglos. Amen.”
“Recibe este báculo que sea
como sustento de la marcha y del trabajo, para el camino de tu peregrinación,
para que puedas vencer las catervas del enemigo y llegar seguro a los pies de Santiago (Santuario), y después de
hecho el viaje, volver junto a nos con alegría, con la anuencia del mismo Dios,
que vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.”
EL CAMINO: se sale desde la plaza al frente de la Iglesia Cristo
Rey, tomando la vía que pasa por el centro de Morón, en la encrucijada, hasta
salir a la carretera Morón el Palito y de allí hasta Borburata. Se hace unas
paradas mínimas para hidratar el cuerpo, haciendo una parada más larga en la
Parroquia Nuestra Sra. del Valle en Cumboto II donde nos reunimos con la
feligresía que sale de allí caminando hasta el Santuario junto a su párroco. Ya
en la ruta hacia los muelles nos encontramos con todos los feligreses de San
Esteban, La Coromoto – en este grupo va el Sr. Obispo como pastor junto a las
ovejas – La Caridad, Catedral, entre cantos, oraciones, alegría y gozo. En la
zona de los dos caminos, ofrecen a todos los feligreses también refrigerio, y
desde donde se comienza el Via Crucis hasta el santuario.
Es una fiesta diocesana: niños, jóvenes, adultos, obispo,
sacerdotes, religiosos, religiosas, todos queriendo vivir “hacia una diócesis más
unida a Cristo”; y en esta fiesta anual se muestra el valor que tiene para
nosotros la fe que debe hacerse diariamente.
Toda Peregrinación es una ocasión para volver a las fuentes de
nuestra fe, para consolidar nuestro amor a Cristo y a la Iglesia, y para
entregarnos con mayor empeño a la misión que Jesús nos ha confiado.
La meta final de nuestro peregrinar terreno es la Jerusalén del
Cielo, pero queremos, viviendo con fidelidad cada día, tener parte con pequeños
pedacitos de ese cielo viviéndolo aquí en la tierra.
El gozo de la peregrinación cristiana es prolongación de la
alegría del peregrino piadoso de Israel: “Qué alegría cuando me dijeron:
Vamos a la casa del Señor” (Sal 122,1); es alivio por la ruptura de la
monotonía diaria, desde la perspectiva de algo diverso; es aligeramiento del
peso de la vida que para muchos, sobre todo para los pobres, es un fardo
pesado; es ocasión para expresar la fraternidad cristiana, para dar lugar a
momentos de convivencia y de amistad, para mostrar la espontaneidad, que con
frecuencia está reprimida.
Ir en peregrinación significa caminar hacia una meta. Eso
confiere también al camino y a su fatiga una belleza propia.
“El impulso hacia la fe cristiana, el comienzo de la Iglesia de
Jesucristo, fue posible porque existían en Israel personas que no se
contentaban con lo acostumbrado, sino que miraban lejos buscando algo más
grande y ya que su corazón esperaba, pudieron reconocer en Jesús a aquel
enviado por Dios” (Benedicto XVI).
Necesitamos este corazón inquieto y abierto. Es el núcleo de la
peregrinación. Tampoco hoy nos basta ser y pensar como hacen los demás. El
proyecto de nuestra vida va más allá. Nos hace falta ese Dios que nos ha
mostrado su rostro y ha abierto su corazón: Jesucristo. Efectivamente hay
grandes personalidades en la historia que han tenido experiencias bellas y
conmovedoras de Dios. Son, sin embargo, experiencias humanas, con sus humanas
limitaciones. Sólo El es Dios y por eso sólo Él es el puente, que pone en
contacto inmediato a Dios con el ser humano.
Por eso, a tan solo un poco más de dos mes de tan gran y bello
acontecimiento, vayamos calentando los motores del cuerpo y del alma, para ir
de peregrinos, a disponernos a caminar hasta nuestro Santuario Diocesano Santo
Cristo de la Salud. Hoy existe una gran crisis de Fe, por lo que se
necesita buscar espacios para formar en esta Fe. Peregrinar, hasta el santo
Cristo de la Salud, puede ayudarnos alcanzar este objetivo.
El peregrino que acude al santuario está en comunión de fe y de
caridad, no sólo con los compañeros con quienes realiza el “santo viaje”
(cfr. Sal 84,6), sino con el mismo Señor, que camina con él, como caminó al
lado de los discípulos de Emaús (cfr. Lc 24,13-35); con su comunidad de origen,
y a través de ella, con la Iglesia que habita en el cielo y peregrina en la
tierra; con los fieles que, a lo largo de los siglos, han rezado en el
santuario; con la naturaleza que rodea el santuario, cuya belleza admira y que
siente movido a respetar; con la humanidad, cuyo sufrimiento y esperanza
aparecen en el santuario de diversas maneras, y cuyo ingenio y arte han dejado
en él numerosas huellas.
Por eso, invito nos Sólo a mis feligreses Cristo rey sino
a TODA NUESTRA DIÓCESIS: Obispo, sacerdotes, religiosos, religiosas, a todos
los laicos, a NUESTROS JÓVENES que
están viviendo su jubileo venezolano, ellos que son el campo de la fe, los atletas
de Cristo, constructores de una Iglesia más hermosa, sea esta también la
ocasión para profundizar en su compromiso de animarse a un mayor compromiso con
Jesucristo; a nuestro niños – particularmente nuestro niños de infancia misionera-
que están en su 50 aniversario a nivel nacional, que sigan luchando por Cristo
como apremia su himno; a todas las FAMILIAS que no tengan miedo de mirar hacia lo alto, hacia las alturas de Dios; no
tengamos miedo de que Dios nos pida demasiado, sino dejémonos guiar por su
Palabra en todas las acciones cotidianas, aunque nos sintamos pobres,
inadecuados, pecadores: Él será quien nos transforme según su amor; que todos nos animemos a realizar este camino de
ORACIÓN, y que animemos a otros en nuestras Parroquias y grupos de amigos y
familiares a ponerse en camino.
Vamos todos a nuestro Santuario Diocesano. El Señor allí
siempre nos espera con los brazos abiertos en Cruz.
Pbro. Williams R. Campos.
Párroco de Cristo Rey.
Secretario – Canciller de la Diócesis.
Pueden
ver en: http://pbrowilliams2006.blogspot.com
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