23 de junio de 2023

Una breve reflexion...san juanero o parrandero...


San Juanero es aquel que, imitando el ejemplo del bautista, sabe que ningún compromiso es posible sin en el amor de Cristo, sin su Palabra, sin defender su Verdad. 


San juanero es aquel que vive y obra con rectitud moral en unión interior de su alma con Jesús.


¿A qué estoy llamado? 

En primer lugar podemos decir: a la alegría. Pero no aquella que pensamos con lujuria, desorden, tambor y alcohol, sino de recibir al Señor y saltar de gozo como San Juan desde el vientre materno.


En segundo lugar, mirar de cerca mi actitud hacia Dios revelada en Jesús, ¿cómo acojo a Dios en mi vida, qué lugar le doy? San Juan fue un gran profeta, pero muy humilde. Su vida estuvo marcada por la sencillez y austeridad. Hoy abunda el derroche, gastos superfluos, vanidad, vida de pecado, etc.


Muchos se dicen san juaneros, pero ¿hemos asumidos la misma identidad y misión del precursor, ser, no parecer, uno que anuncia la conversión, volviéndola primero en su vida? ¿Soy testimonio coherente diariamente? ¿soy consciente de que estoy llamado, consagrado y enviado para anunciar el Evangelio y llevar a los hombres a Cristo? 


Hoy, cuando acuda a la celebración eucarística, en sus vísperas o mañana en el día de la Solemnidad, recibiré el regalo perfecto que viene de Dios: Jesús presente bajo la especie de pan y vino. Y acudiré a la iglesia (valiente y consciente del regalazo) para pedirle a Jesús, a través de la intercesión de San Juan Bautista (el que señaló al Cordero Dios, y que se me da en alimento, aún indigno de ello, en la Santa Misa), saber cómo reconocerlo en mi vida y en el mundo en que vivo. Para preguntarme con el corazón abierto si mi comportamiento y mis acciones son motivo de alegría para los que me conocen, los que conviven conmigo y los que me quieren; si viéndome actuar doy verdadero ejemplo cristiano; si gracias a mi actitud, mis gestos y mis acciones los que se crucen conmigo se pueden sentir más cerca de Dios; de si ante la forma cómo trato de solventar las cosas o de gestionar los problemas, experimentan la alegría del cristiano; si el saber llevar mi Cruz cotidiana es motivo para acercar más a la gente a Cristo.


Podría hacerme muchas más preguntas, pero sólo con estas tengo bastante trabajo para mejorar cada día, reflexionar y cambiar.


Comenzar a imitar la vida de San Juan, haciendo que Cristo crezca y yo desaparezca.