25 de junio de 2014

PEREGRINAR PARROQUIAL Y DIOCESANA

PEREGRINAR PARROQUIAL Y DIOCESANA
AL SANTO CRISTO DE LA SALUD
13 DE SEPTIEMBRE DE 2014

La peregrinación, experiencia religiosa universal, es una expresión característica de la piedad popular, estrechamente vinculada al santuario, de cuya vida constituye un elemento indispensable: “el peregrino necesita un santuario y el santuario requiere peregrinos”. 
El peregrino es un símbolo viviente. El peregrinar es un rito común a la inmensa mayoría de las religiones, aunque la concreción del rito dependa de la concepción de Dios, del hombre y del mundo que tiene cada credo religioso.
Si nos centramos en la tradición religiosa de la que fluye el cristianismo, estamos en grado de afirmar que la Biblia (cf. Ex 40, 34-35; 1 Re 8, 10-13) es el testimonio escrito de una peregrinación que marca el camino del hombre hacia la felicidad: destino para el que Dios le ha creado. Abraham es un peregrino errante a la búsqueda del destino que Dios le ha anunciado (cf. Rm 4; Ga 3, 6-9; Hb 11, 8-19). Peregrina Jacob, el gran patriarca. El pueblo de Israel se libera de la esclavitud del Faraón, y se forja como pueblo, peregrinando. Los Apóstoles anuncian la Buena Noticia de Jesús, liberación definitiva de los obstáculos – insalvables para el hombre – que le impiden ser feliz, peregrinando por todo el mundo entonces conocido.
¿Para qué peregrinaron ellos y por qué lo hacemos nosotros? Tres cosas importante:
1.    Para comprometerse con su fe y ser más coherentes con ella. Queremos también nosotros comprometernos más a través de nuestra conducta y nuestras palabras.

2.    Para manifestar a todos públicamente la herencia recibida de los Apóstoles y de la Tradición, que no es otra que cumplir el encargo de Jesús de Nazaret: anunciar a todos que el hombre ya puede ser feliz.

3.    Para convertir su corazón de los valores derivados del orgullo y el egoísmo, a los del amor, e invitar a los demás a hacer lo mismo.

Así creamos una ruta en la que continuamente queda de manifiesto el amor y solidaridad de una sociedad con la que el peregrino se encuentra al hacer el camino. Ésta influye en el peregrino y éste en ella. Así caminando, hacemos el camino al santuario.

CÓMO SURGE
No voy a mencionar cómo nació la peregrinación al Santuario desde sus realidades remotas, solo voy a mencionar el fenómeno de formación del camino próximo al Santo Cristo que surgió en el año 2011, desde las Colinas de Mara en el Municipio Juan José Mora, con un pequeño grupo de 38 personas que se aventuraron a esta apasionante obra de fe y que aceptaron la invitación.
Al inicio parecía una obra descabellada, lo que suponía caminar, no sólo durante la noche, sino la misma distancia de unos 30 a 33 km hasta el Santuario Santo Cristo de la Salud en Borburata. Pero lo que se apuntaron, son los que dieron luego testimonio de que valió la pena peregrinar, caminar durante la noche, el abrazar al Santo Cristo plasmando así los primeros pasos para otros se animen a peregrinar con fe, que en los siguiente años ha dado sus frutos. Lógico, no por nosotros, sino el mismo SEÑOR quien llama e invita.
El segundo año, aumentó el número de los que quisieron peregrinar durante la noche, un total de 43 personas de diversas edades, que te motivan a un más a caminar. En esta ocasión se anexaron en el camino a la altura del Palito feligreses de la Parroquia San Pío X junto con su párroco Tulio Méndez, y feligreses de la Parroquia el Carmen junto a su párroco Wolfgang González, haciendo con ello toda una fiesta de fe, con una meta común.
El año pasado, en su tercera ocasión, salimos como peregrinos 62 personas, quisieron hacer esta bella ruta jóvenes de la parroquia Santa Rosa de Lima, que se trasladaron hasta la parroquia Cristo Rey para hacer y luego contar su experiencia.
En todos los años nos han acompañado también los cuerpos de Seguridad, a quienes estamos grandemente agradecidos: Policía Municipal, Policía de Carabobo, SEMAPRE, Bomberos, Ambulancias, tanto del Municipio Juan José Mora, como de Puerto Cabello. Toda una fiesta hacia la tierra prometida, en este caso, al Santuario Santo Cristo.

RUTA
¿Por qué hacer la ruta del peregrino? En toda peregrinación hay que tener en cuenta, sobre todo, los siguientes elementos: a) la motivación; b), el Camino y c) la Meta.
Distintas pueden ser las motivaciones que lleven a peregrinar: Promesas, peticiones, condenas, aventuras, ruegos, esperanzas. Tratándose de peregrinar al santuario, es dirigirse al Calvario, subir donde está Cristo Esta bella experiencia, peregrinar hasta nuestro Santuario Diocesano, para nosotros, los cristianos, representa el punto geográfico de la unión de Dios con los hombres, de la eternidad y la historia”; queriendo tener una relación personal y en contacto con Él, como los Apóstoles: que de Él aprendieron el Mensaje de Salvación, convivieron  durante tres años por lo caminos de Palestina con las circunstancias de vivir en el tiempo y en el contexto de su inserción terrena. Los apóstoles son los responsables de la transmisión de la fe original recibida de Jesucristo.
Es la motivación lo que hace a uno ser o no ser peregrino. Ojala, todos mis hermanos sacerdotes, particularmente los que hacemos vida en el municipio Juan José Mora, hagamos de esto una noble causa de fe, siendo los primeros que van por delante guiando a las ovejas y llevarlos a pastos abundantes.  
La peregrinación, unos lo hacen con profundo sentido religioso y de penitencia para llegarse a las raíces apostólicas de la fe, otros en búsqueda de un encuentro con la fe, tal vez por primera vez, o acaso para recuperar, después de un tiempo de abandono, la fe perdida.... Las diferentes actitudes pueden tener el mismo fondo en la intención. Y es la intención la que constituye a uno en peregrino.
El peregrino suele recibir la bendición de Dios para hacer este difícil camino antes de partir. Así la expresa el Codex Calixtinus del siglo XII, refiriéndose al Camino de Santiago, y que nos sirve de expresión para el camino al Santuario:
“En nombre de nuestro Señor Jesucristo, recibe este morral hábito de tu peregrinación, para que castigado y enmendado te apresures en llegar a los pies de Santiago (Santuario), a donde ansías llegar, y para que después de haber hecho el viaje, vuelvas al lado nuestro con gozo, con la ayuda de Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.”
“Recibe este báculo que sea como sustento de la marcha y del trabajo, para el camino de tu peregrinación, para que puedas vencer las catervas del enemigo y llegar seguro a los pies de Santiago (Santuario), y después de hecho el viaje, volver junto a nos con alegría, con la anuencia del mismo Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.”

EL CAMINO: se sale desde la plaza al frente de la Iglesia Cristo Rey, tomando la vía que pasa por el centro de Morón, en la encrucijada, hasta salir a la carretera Morón el Palito y de allí hasta Borburata. Se hace unas paradas mínimas para hidratar el cuerpo, haciendo una parada más larga en la Parroquia Nuestra Sra. del Valle en Cumboto II donde nos reunimos con la feligresía que sale de allí caminando hasta el Santuario junto a su párroco. Ya en la ruta hacia los muelles nos encontramos con todos los feligreses de San Esteban, La Coromoto – en este grupo va el Sr. Obispo como pastor junto a las ovejas – La Caridad, Catedral, entre cantos, oraciones, alegría y gozo. En la zona de los dos caminos, ofrecen a todos los feligreses también refrigerio, y desde donde se comienza el Via Crucis hasta el santuario.
Es una fiesta diocesana: niños, jóvenes, adultos, obispo, sacerdotes, religiosos, religiosas, todos queriendo vivir “hacia una diócesis más unida a Cristo”; y en esta fiesta anual se muestra el valor que tiene para nosotros la fe que debe hacerse diariamente.
Toda Peregrinación es una ocasión para volver a las fuentes de nuestra fe, para consolidar nuestro amor a Cristo y a la Iglesia, y para entregarnos con mayor empeño a la misión que Jesús nos ha confiado.
La meta final de nuestro peregrinar terreno es la Jerusalén del Cielo, pero queremos, viviendo con fidelidad cada día, tener parte con pequeños pedacitos de ese cielo viviéndolo aquí en la tierra.
El gozo de la peregrinación cristiana es prolongación de la alegría del peregrino piadoso de Israel: “Qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor” (Sal 122,1); es alivio por la ruptura de la monotonía diaria, desde la perspectiva de algo diverso; es aligeramiento del peso de la vida que para muchos, sobre todo para los pobres, es un fardo pesado; es ocasión para expresar la fraternidad cristiana, para dar lugar a momentos de convivencia y de amistad, para mostrar la espontaneidad, que con frecuencia está reprimida.
Ir en peregrinación significa caminar hacia una meta. Eso confiere también al camino y a su fatiga una belleza propia.
“El impulso hacia la fe cristiana, el comienzo de la Iglesia de Jesucristo, fue posible porque existían en Israel personas que no se contentaban con lo acostumbrado, sino que miraban lejos buscando algo más grande y ya que su corazón esperaba, pudieron reconocer en Jesús a aquel enviado por Dios” (Benedicto XVI).
Necesitamos este corazón inquieto y abierto. Es el núcleo de la peregrinación. Tampoco hoy nos basta ser y pensar como hacen los demás. El proyecto de nuestra vida va más allá. Nos hace falta ese Dios que nos ha mostrado su rostro y ha abierto su corazón: Jesucristo. Efectivamente hay grandes personalidades en la historia que han tenido experiencias bellas y conmovedoras de Dios. Son, sin embargo, experiencias humanas, con sus humanas limitaciones. Sólo El es Dios y por eso sólo Él es el puente, que pone en contacto inmediato a Dios con el ser humano.
Por eso, a tan solo un poco más de dos mes de tan gran y bello acontecimiento, vayamos calentando los motores del cuerpo y del alma, para ir de peregrinos, a disponernos a caminar hasta nuestro Santuario Diocesano Santo Cristo de la Salud. Hoy existe una gran crisis de Fe, por lo que se necesita buscar espacios para formar en esta Fe. Peregrinar, hasta el santo Cristo de la Salud, puede ayudarnos alcanzar este objetivo.
El peregrino que acude al santuario está en comunión de fe y de caridad, no sólo con los compañeros con quienes realiza el “santo viaje” (cfr. Sal 84,6), sino con el mismo Señor, que camina con él, como caminó al lado de los discípulos de Emaús (cfr. Lc 24,13-35); con su comunidad de origen, y a través de ella, con la Iglesia que habita en el cielo y peregrina en la tierra; con los fieles que, a lo largo de los siglos, han rezado en el santuario; con la naturaleza que rodea el santuario, cuya belleza admira y que siente movido a respetar; con la humanidad, cuyo sufrimiento y esperanza aparecen en el santuario de diversas maneras, y cuyo ingenio y arte han dejado en él numerosas huellas.
Por eso, invito nos Sólo a mis feligreses Cristo rey sino a TODA NUESTRA DIÓCESIS: Obispo, sacerdotes, religiosos, religiosas, a todos los laicos, a NUESTROS JÓVENES que están viviendo su jubileo venezolano, ellos que son el campo de la fe, los atletas de Cristo, constructores de una Iglesia más hermosa, sea esta también la ocasión para profundizar en su compromiso de animarse a un mayor compromiso con Jesucristo; a nuestro niños – particularmente nuestro niños de infancia misionera- que están en su 50 aniversario a nivel nacional, que sigan luchando por Cristo como apremia su himno;  a todas las FAMILIAS que no tengan miedo de mirar hacia lo alto, hacia las alturas de Dios; no tengamos miedo de que Dios nos pida demasiado, sino dejémonos guiar por su Palabra en todas las acciones cotidianas, aunque nos sintamos pobres, inadecuados, pecadores: Él será quien nos transforme según su amor; que todos nos animemos a realizar este camino de ORACIÓN, y que animemos a otros en nuestras Parroquias y grupos de amigos y familiares a ponerse en camino.
Vamos todos a nuestro Santuario Diocesano. El Señor allí siempre nos espera con los brazos abiertos en Cruz.

Pbro. Williams R. Campos.
Párroco de Cristo Rey.
Secretario – Canciller de la Diócesis.


Pueden ver en: http://pbrowilliams2006.blogspot.com





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