Nos dimos cita en la Zona Pastoral 03, en la Parroquia San José Obrero, La Elvira para la celebración del Corpus Christi Diocesano.
Iniciamos la Eucaristía, presidida por nuestro obispo Mons. Saúl Figueroa Albornoz, concelebrada por los sacerdotes asistentes y un nutrido grupo de fieles laicos, en las Instalaciones del Instituto de Tecnología Universitario de Puerto Cabello (IUTPC).
La Eucaristía es presencia de Cristo entre nosotros. Esta presencia implica una actitud de adoración por nuestra parte y una actitud de comunión personal con Él. La presencia eucarística nos garantiza que Él permanece entre nosotros y opera la obra de la salvación.
Luego de la celebración hicimos la procesión con el Santísimo en la custodia hasta el Templo Parroquial. Dos altares en el camino donde en cada uno hubo una reflexión y el tercero en la Iglesia.
Se contó con la presencia de la Asociación Vivil de Los Diablos Danzantes de San Millán quienes se rindieron ante la presencia de Cristo Eucaristía.
Al llegar al Templo se hizo la tercera reflexion para luego la bendición con el Santísimo y finalizar el encuentro.
«Cristo, que pasó de este mundo al Padre, nos da en la Eucaristía la prenda de la gloria que tendremos junto a Él: la participación en el Santo Sacrificio nos identifica con su Corazón, sostiene nuestras fuerzas a lo largo del peregrinar de esta vida, nos hace desear la Vida eterna y nos une ya desde ahora a la Iglesia del cielo, a la Santa Virgen María y a todos los santos»
(Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.419)
Iniciamos la Eucaristía, presidida por nuestro obispo Mons. Saúl Figueroa Albornoz, concelebrada por los sacerdotes asistentes y un nutrido grupo de fieles laicos, en las Instalaciones del Instituto de Tecnología Universitario de Puerto Cabello (IUTPC).
La Eucaristía es presencia de Cristo entre nosotros. Esta presencia implica una actitud de adoración por nuestra parte y una actitud de comunión personal con Él. La presencia eucarística nos garantiza que Él permanece entre nosotros y opera la obra de la salvación.
Luego de la celebración hicimos la procesión con el Santísimo en la custodia hasta el Templo Parroquial. Dos altares en el camino donde en cada uno hubo una reflexión y el tercero en la Iglesia.
Se contó con la presencia de la Asociación Vivil de Los Diablos Danzantes de San Millán quienes se rindieron ante la presencia de Cristo Eucaristía.
Al llegar al Templo se hizo la tercera reflexion para luego la bendición con el Santísimo y finalizar el encuentro.
«Cristo, que pasó de este mundo al Padre, nos da en la Eucaristía la prenda de la gloria que tendremos junto a Él: la participación en el Santo Sacrificio nos identifica con su Corazón, sostiene nuestras fuerzas a lo largo del peregrinar de esta vida, nos hace desear la Vida eterna y nos une ya desde ahora a la Iglesia del cielo, a la Santa Virgen María y a todos los santos»
(Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.419)
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